Las prioridades de la cuarta transformación rumbo al 2021

Desde que López Obrador escribió al malogrado Plan Nacional de Desarrollo, dejó claro que la economía de mercado pasaba a ser un factor secundario dentro de sus planes en la cuarta transformación.

Quizás muchos llegaron a pensar que al sustituir y al abolir por decreto el “neoliberalismo” el Estado iba a ser garante y rector de la economía tal y como lo marca el artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero no ha sido así. En el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2020 (al margen que Arturo Herrera lo haya vendido como innovador al no tener grandes volúmenes de gasto público como lo hacen economías de izquierda sudamericanas) se mostró que ni la inversión pública ni la privada juegan un rol importante dentro de los planes de la cuatro transformación. Ello se puede observar en los datos del Banco de Información Económica del INEGI, en donde hasta el mes de marzo se vivía ya una recesión económica grave.

Sin duda la crisis sanitaria agravó la recesión que ya teníamos desde el año pasado, y desde su aparición, la administración actual no ha mostrado plan alguno para salir de esta grave contracción que ha costado más de un millón de empleos. Herramientas de política fiscal ha tenido el presidente, pero no ha querido hacer nada más que hacer tandas y créditos a la palabra a determinadas pymes.

El día de hoy, el INEGI publicó en su apartado de cuentas nacionales una caída del PIB de -18.9% en el segundo trimestre de 2020, y parece ser que no pasada en la cuarta transformación. Por el contrario, en plena crisis sin precedentes los de la cuarta transformación, gastan 70 millones de pesos en una escuela de beisbol y además, en calidad de fast track en el Senado de la República aprobó un punto de acuerdo de urgente resolución para obviar los trámites del proceso legislativo de la minuta recién aprobada en la colegisladora para hacer compras de medicinas sin licitación alguna. Cabe recordar que más del 70% de los contratos de la cuarta transformación han sido por adjudicación directa. Es decir, sin licitaciones, esto se traduce a violaciones graves al marco jurídico de transparencia que tanto presume esta administración.

Así las cosas, parece ser que la ruta está marcada para las elecciones de 2021 y dentro de todas las herramientas para mantener las mayorías en los congresos locales y en el federal, el factor económico no existe porque no es prioridad. Mientras la cifra de desocupados crece, la administración actual se da el lujo de construir un estadio de beisbol, vamos a ver hasta cuando les da para seguir ignorando el factor económico, hoy se dan esos lujos, mañana no lo sabemos.

La carrera a 2021 ya está y Morena está pecando de soberbia. Al tiempo.

Back to top button