El arte de servir a México

“El servicio público es un devenir perpetuo”
Maurice Hauriou
Con relación a mi colaboración de la semana pasada “Los retos de AMLO”, respecto al adelgazamiento de la Administración Pública Federal, varias amistades me señalaban que lo urgente era hacer un cambio radical al interior de la misma. Es decir, hacer una depuración a fondo de los servidores públicos que la integran, porque ahí estaba el verdadero problema de corrupción y de todos los males del gobierno.
Ante ello, me parece importante destacar que para ingresar o trabajar en el servicio público se da bajo cuatro supuestos: a) de base, fundamentalmente sindicalizados; b) de designación directa o de staff; c) por honorarios y; d) mediante el servicio profesional de carrera.
Los de base representan las cuotas que cada sindicato de las dependencias federales cuenta para sus agremiados; los de designación directa o staff son aquellos servidores públicos de apoyo para las tareas directamente de los responsables de las secretarías, subsecretarías, fundamentalmente; los de honorarios que derivado de programas presupuestarios específicos son contratados para cumplir con un fin; y finalmente, los del servicio profesional de carrera que mediante concurso abierto público pueden ingresar a las diferentes dependencias del gobierno federal, desde un enlace hasta director general.
Al ingresar a la administración pública federal, las y los servidores públicos se deben sujetar a derechos y obligaciones constitucionales, así como a los principios y valores establecidos en los códigos de ética y conducta de las dependencias federales. Lo anterior para desempeñarse con profesionalismo, lealtad e institucionalidad a México.
La Administración Pública Federal no está exenta a las desavenencias entre servidoras y servidores públicos, no está exenta de contar con servidoras y servidores públicos que no cumplen con su trabajo. Por ello, las y los servidores públicos están en el arbitrio de la ciudadanía y existen los canales para denunciarles ante la Secretaría de la Función Pública y ser sancionadas (os) con una amonestación pública y hasta la inhabilitación del servicio público por determinado tiempo, dependiendo el grado de su falta administrativa.
De febrero de 2013 a abril de 2019, me dediqué al servicio público en la Secretaría de Gobernación, en el que tuve la oportunidad de ocupar varios cargos de responsabilidad. Durante todo ese tiempo me desempeñé bajo los principios constitucionales establecidos a las y los servidores públicos: legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad, y eficiencia. Todo ello por el simple hecho de servir a mi país y aportar mi granito de arena para la atención de los problemas públicos.
Así, miles de servidoras y servidores públicos hacen su labor día a día, apegados a estos principios constitucionales, a los cuales, principalmente a quienes fueron mis colaboradoras y colaboradores, reconozco su entrega, profesionalismo, lealtad institucional y sobre todo el respeto y amor por su país. No se demerite y menosprecie su trabajo.
El tema no es depurar a fondo a las y los servidores públicos, existen mecanismos para mejorar y profesionalizar su desempeño, como el programan anual de capacitación obligatorio; así como cada cinco años, en el caso del servicio profesional de carrera, refrendar su cargo obtenido.
Las y los servidores públicos deben respetar la Constitución, las leyes y demás normatividad que los sujetan a la labor que desempeñan, pero también deben tener los derechos, las garantías y las mejores condiciones para desempeñar su cargo, por el bien de la Institución, por el bien del Gobierno y por el bien de la Nación.
El servicio público no es un simple trabajo, el servicio público es un arte, porque en él se conjugan ideas, emociones, tendencias y capacidades para expresar la realidad que se desea.