Trump desafía a la opinión pública por el discurso emitido en el Monte Rushmore

El presidente de EE. UU. reavivó las tensiones nacionales con un ataque al ‘fascismo de izquierda’ y un plan para el memorial nacional de estatuas de ‘héroes estadounidenses’ que le dan preferencia a los blancos.

Este viernes, Donald Trump afirmó que Estados Unidos está “asediado por el fascismo de extrema izquierda” en un discurso emitido en el mítico Monte Rushmore que representa a los héroes históricos norteamericanos.
De pie bajo del monte Rushmore en la víspera del día de la independencia de Estados Unidos, Donald Trump organizó una celebración desafiante con un tono de política de identidad blanca advirtiendo que la historia de la nación está sitiada por el “fascismo de extrema izquierda”.

Trump emitió un discurso ante una multitud abarrotada en un evento que manifestaba una clara incorrección política que expone las divisiones actuales del país y enfurece a los críticos liberales norteamericanos. Ya que había pocas máscaras faciales y aún menos personas de color entre la multitud.

“Nuestra nación está siendo testigo de una campaña despiadada para borrar nuestra historia, difamar a nuestros héroes, borrar nuestros valores y adoctrinar a nuestros hijos (…) Las turbas enojadas están tratando de derribar las estatuas de nuestros fundadores, desfigurar nuestros monumentos más sagrados y desatar una ola de crímenes violentos en nuestras ciudades”.

“El Jardín Nacional de los Héroes Americanos” como le llaman al Monte Rushmore, en Dakota del Sur, representa las imágenes de los presidentes de Estados Unidos George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. Washington y Jefferson que poseían esclavos y sus legados han sido cuestionados. Esto, desde el asesinato policial del afroamericano George Floyd en Minneapolis, por un oficial blanco el 25 de mayo pasado.

El presidente no ha mostrado signos de integrarse al estado de ánimo público, sino que se ha aferrado a una respuesta impositiva de “ley y orden”. De esta manera, prometiendo sanciones severas para cualquiera que destruya las estatuas, resistiéndose a los cambios en las bases militares nombradas por generales confederados como parte del supremacismo blanco.

Luego, anunció en el Jardín Nacional de Héroes Americanos una orden ejecutiva que decía que se deberían incluir estatuas de figuras como Frederick Douglass, Amelia Earhart, Benjamin Franklin, entre otras que representan la superioridad de los blancos en el país.

Después del discurso, Trump se sentó con Melania para ver un espectáculo de fuegos artificiales sobre el monumento, acompañado de música patriótica y lecturas históricas. Esta fue la primera desde 2009, ya que por preocupaciones ambientales y temores de incendios forestales se habían evitado hasta el momento.

Pero la amenaza emitida en el discurso de Trump resulta un ejemplo más de cómo los asesores del presidente diseñaron un truco para incitar a sus críticos en los medios y al Congreso a manifestarse. Difícilmente podrían haber elegido un momento y lugar más provocativos para la oposición que el monte Rushmore como símbolo de su campaña.

El Comité Nacional Demócrata respondió con un tuit en el momento que Trump había faltado el respeto a los “nativos americanos”, al ensalzar a los esclavistas. Además, indican que su viaje a Dakota del Sur fue “glorificando la supremacía blanca”. Posteriormente, el comité, eliminó el tweet por algún temor a represalias.

Así como el mes pasado en Oklahoma y Arizona, Trump celebró un evento con una gran multitud a pesar de las recomendaciones de los expertos. Lo anterior, ya que los casos de COVID-19 en el condado de Pennington, que rodea el Monte Rushmore, se han duplicado al menos en el último mes.

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