Las CAMI viven un suplicio por falta de presupuesto
Las 35 Casas de Apoyo a la Mujer Indígena (CAMI) han experimentado de todo: cierres, COVID-19, falta de presupuesto. Algunas no han sido estrenadas, pero siempre estoicas apoyando a las mujeres.
Ha sido un devenir de sentimientos para las coordinadoras de las casas y principalmente para las mujeres indígenas y afromexicanas que reciben amparo de las casas de apoyo.
Desde que inició el año, no han recibido los fondos establecidos en el Presupuesto Federal. Aun así, esto no ha sido impedimento para seguir trabajando. Con préstamos, ingresos de las propias trabajadoras, colectas, es como han salido adelante.
El 13 de mayo, las representantes de las CAMI, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), enviaron una carta a la Secretaría de Gobernación pidiendo sea esclarecido dónde se encuentran los recursos designados. Como tal no han recibido una respuesta, pero la Secretaría de Gobernación, en su informe semanal explicó que el presupuesto federal es susceptible a cambios y reajustes. Lo anterior, ya que la mayoría de los recursos están siendo utilizados en la lucha contra el Coronavirus.
Sin embargo, expresó que las embajadas de algunos países se están acercando para ofrecer los recursos que tienen asignados para contrarrestar la violencia de género. El no utilizarlos sería un desperdicio. Por parte del gobierno federal se han anunciado proyectos insignia como Jóvenes Construyendo el Futuro o Tandas del Bienestar. Sin embargo, también se anunció el recorte a otros programas de bienestar social.
El día de mañana, las CAMI firmarán un acuerdo con en INPI para que les sean entregado el 25% de su presupuesto, el equivalente a $250 000. Con ello no funciona una casa de apoyo, es insuficiente, pero tuvieron que aceptar para seguir pagando los servicios de luz, telefonía y los préstamos con los que han operado en todos estos meses. Aunque las casas se cerraran, ya sea porque en algunas las operadoras se contagiaron de coronavirus o la falta de recursos, las mujeres violentadas acudían pidiendo ayuda en los domicilios de las coordinadoras. Esto hizo que de nuevo se abrieran.
5 de las casas quedaron montadas e instaladas para su funcionamiento pero jamás abrieron debido a la contingencia sanitaria. Se seguirá peleando para que se les haga llegar el presupuesto completo de 1 millón de pesos. Sin este, el Gobierno Federal estará afectando a un millón 381 mil mujeres indígenas y afromexicanas, que representan el 1.2% de la población total del país.