¡Mil millones de dólares! ¿Para qué, Señor Presidente?

Entre las controversias más alarmantes de su gobierno está el préstamo considerado “operación de rutina” que el BM otorgó al país.

El préstamo otorgado por el BM no será utilizado en la lucha contra el coronavirus. Tocante a lo económico, incorporarán a mujeres y jóvenes al sistema financiero, esta constante ha sido visible en este gobierno, la atracción de esos dos sectores.

Una bofetada pública al discurso anti deuda fue el anuncio del crédito obtenido por López Obrador de mil millones de dólares por el Banco Mundial como parte de un plan para dar liquidez urgente a la economía, pero, contrariamente, no busca fortalecer el proceso productivo. El proyecto identificado como P172863 y titulado COVID-19: Financiamiento de la política de desarrollo al acceso financiero fue presentado por la SHCP el 13 de abril y aprobado el 19 de mayo. Extrañamente, esta petición no presenta una hoja de ruta de gasto, en el que debieron aclarar el destino de los fondos.

Hubo mucho hincapié en las “limitaciones institucionales” de jóvenes y mujeres para ingresar al mercado laboral mexicano. Se lee en el documento: «En el corto plazo, millones de jóvenes tienen derecho a recibir transferencias de programas sociales, pero esta restricción puede limitar efectivamente su capacidad de recibirlos, incluso debido al distanciamiento social. Para el periodo de recuperación, los jóvenes con empleo pueden ser un impulso para la economía, en lugar de estar excluidos de la actividad económica». Lo anterior, afirmando que menos del 25% de jóvenes producen ingresos y casi el 20% de mujeres tienen algún sostén laboral.

Esto sostiene la premisa del financiamiento: permitir el acceso de dichos grupos al sistema económico. Fernando Galindo Favela, subsecretario de Egresos de Hacienda el anterior sexenio prista, aduce: «Lo preocupante es que el nivel de endeudamiento respecto al PIB está creciendo de manera importante y, como lo han dicho los analistas internacionales, si la calificación crediticia, tanto de Pemex y del gobierno federal, se van mermando, es decir, si perdemos el grado de inversión, el acceso al financiamiento del gobierno va a ser mucho más caro». Lo anterior, alertando que el dinero es “para gastar en algo/alguien y no para invertir en algo/alguien”, por lo que deja en problemas nuestro sistema financiero.

El funcionario continúa: «Los recursos tendrán que ser asignados a la reactivación económica. Si no tenemos un plan específico para atender esta contingencia, la recuperación va a ser significativamente larga, afectado la economía de las familias mexicanas». La respuesta de la SHCP fue contundente: “el dinero no financiará actividades de respuesta para el COVID-19”. Esto concuerda con el paso enérgico del Presidente para no ayudar a ninguna empresa u empresario “grande”, sino impulsar la economía desde abajo.

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