El Nobel de Economía y los Tiempos Difíciles

Esther Duflo y Abhijit V Banerjee son los recientes ganadores del premio nobel de economía. Lo obtuvieron por el trabajo en su laboratorio de política pública, en el que encuentran que muchas decisiones que asumimos que los actores económicos seguirían bajo el supuesto de racionalidad, en realidad no suceden. Las personas en situación de pobreza, en particular, pero no solamente, reaccionan de maneras no necesariamente previsibles a las políticas y a los incentivos por problemas de información, a la necesidad de procesar la toma de decisiones de manera simultánea, el hecho de no encontrar en los mercados los servicios que requieren y a los problemas de gobernanza de su entorno. Esto es, las presunciones de racionalidad propias de la economía tendrían que ser investigadas y contrastadas con la realidad, para poder entonces diseñar e implementar políticas públicas eficaces.

En su laboratorio, utilizan técnicas similares a las clínicas para probar con distintos métodos como encuestas, grupos de enfoque, entrevistas a profundidad, análisis de datos y la compilación y valoración de evidencia de otros estudios, hipótesis sobre cómo la gente se comporta ante determinadas políticas. En su nuevo libro, Buena Economía para Tiempos Difíciles, Duflo y Banerjee aprovechan los aprendizajes de lo que sucede en los países en desarrollo para analizar los principales temas actuales, también en las naciones más ricas, como migración, comercio, desigualdad, impuestos, pobreza y gobierno. Tratan de mostrar que el buen uso de las ideas económicas y de la evidencia puede ayudar a solucionar problemas actuales, pero desde la humildad, desde la idea de que hay pocas respuestas parsimoniosas, simples, que siempre funcionan en cualquier contexto.  

A lo largo del libro se presentan evidencias y se recopilan estudios que muestran cómo la migración no siempre va a reducir los salarios de las personas de los lugares de destino, en muchos casos los incrementa, depende de quién migra, cuándo y a dónde. El mercado laboral es particularmente inflexible y los incentivos económicos no siempre funcionan (ellos creen que en general los incentivos están sobrevalorados) o tardan en funcionar. En ocasiones, por ejemplo, ayudar a las personas a migrar puede ser el camino para reducir pobreza y generar riqueza. Las migraciones no destruyen sociedades, las fortalece. El comercio no siempre va a reducir la pobreza, es posible que la incremente y puede ser muy perjudicial para ciertas regiones. En realidad, se requiere de buenas intervenciones estatales para que el comercio libre funcione y se compensen a los perdedores. Esto es porque el gobierno es la institución que mejor puede proveer y administrar bienes como educación, salud, transporte público, seguridad, apoyos sociales y otros servicios que se le han asignado a los privados, con pocos casos de éxito.

El gobierno puede ocasionar grandes daños si interviene demasiado, pero también es el único que puede proveer ciertos bienes. Eso requiere de financiamiento, de que se apliquen adecuadamente impuestos progresivos al ingreso y al patrimonio. No existe evidencia de que los impuestos reduzcan el espíritu emprendedor o la elección de trabajar de las personas. Eso sirve para financiar políticas sociales sostenidas para las personas de menores ingresos, las transferencias constantes y ciertas a esos sectores no generan incentivos para dejar de trabajar o emprender, al contrario, les permite acceder a servicios de salud, educación y ahorro que eventualmente les permitirá elevar sus ingresos laborales y empresariales. El punto principal de los autores es que, el debate de los problemas complejos no puede darse en el terreno de las ideas simples y que las ideas económicas que pudieron haber triunfado no necesariamente son correctas, algunas han hecho mucho daño. Se requiere de evidencia y análisis robustos, con evidencia experimental, para conocer mejor como las políticas funciona.

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