Racismo: motor y fulgor de la historia en EE.UU.

En un mundo de blancos, el negro es el blanco perfecto.

Desde el 26 de mayo, en las calles, escenario y lugar de las protestas, tras la indignación y muerte del afroamericano George Floyd, no se deja de escuchar la frase “¡no puedo respirar!”. Expresión de Floyd, quien suplicaba piedad ante el agente blanco que lo tenía sometido en el piso con una rodilla presionándole el cuello.

Aunque Estados Unidos ha terminado con a las leyes de esclavitud y segregación, las cuales han existido a lo largo de la historia del país, no se han tomado muchas medidas en busca de transformar la mentalidad de mucha gente, creada sobre nociones racistas sobre las que se establecían esas estructuras.

La discriminación y las desigualdades raciales y étnicas siguen vigentes y omnipresentes en este país. Asimismo, los esfuerzos que realiza el gobierno estadounidense para solucionar este importante problema son insuficientes.

Según el departamento de policía, el agente de Minneapolis visto en un video con la rodilla en el cuello de George Floyd tenía 18 quejas anteriores presentadas en su contra ante Asuntos Internos del Departamento de Policía de Minneapolis, indicó CNN.

Todos los estadounidenses que no son negros han sido expuestos a propaganda procedente de los padres, las escuelas, la iglesia y los medios de comunicación. La institucionalización del racismo norteamericano se produce rápidamente.

Bajo prejuicios y una obsesiva preocupación, se ha inculcado que las personas de color, sobre todo los negros, no son personas confiables. A esto, se añaden términos como el de criminales o delincuentes, seres violentos o depredadores. Una vez más, el racismo norteamericano ha adoptado nuevas formas y prácticas que le permiten la pervivencia y persistencia de cultivar “el privilegio del blanco coordinado con su afición por el poder”.

La presencia policial no es el elemento determinante del racismo normalizado, pero sí es una de sus expresiones más duras. El caso de George Floyd avivó y motivó a las comunidades afroamericanas a unirse en un reclamo colectivo por el respeto de sus derechos.

No hay certeza absoluta sobre los orígenes temporales y territoriales del racismo. El problema racial y la aberración hacia la raza negra pueden entenderse tomando como ejes tres factores determinantes: el histórico, el social y el psicológico, provocando la acentuación y profundización de un sistema social represivo y estratificado.

Actualmente, el racismo dejó de existir en la legislación estadounidense, pero convive violentamente en el seno de una sociedad carente de respeto y tolerancia.

¡Ningún ser humano es ilegal!

#ICantBreathe

#JusticeForFloyd

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