China: la nueva Diplomacia ofensiva

La diplomacia China está a la ofensiva por primera vez.

Henry Kissinger, exsecretario de Estado de EE.UU escribe: «Hubo un tiempo en el que a los diplomáticos chinos se les consideraba discretos, capacitados y un punto enigmáticos. Su diplomacia era tan sutil e indirecta que en gran medida fue pasada por alto en Washington».

Este modelo fue puesto por el reformista Deng Xiaoping: “Esconder nuestras capacidades y esperar nuestro momento”, teniendo al pueblo chino en una muy alta expectativa, modestos, con agrado y siempre sonrientes, pero luego de estos días de tensión, esa imagen vivirá en la memoria y será parte de la nueva normalidad.

En el amor y en las crisis todo se vale

Se ha levantado una nueva línea de diplomáticos chinos nacionalistas, descarados, combativos, defensivos y que no dudan en ser auténticos apologistas de los intereses nacionales, sobre todo en confrontar a todo aquel que no acate la versión de Pekín.

En París, el embajador acusó enérgicamente a los franceses por dejar morir a sus mayores. El Gobierno chino ha cancelado una gira de la Orquesta Filarmónica a la capital checa por una discusión con el alcalde de Praga. Ma Hui, montó un serio comentario contra líderes estadounidenses por “mentir, desinformar, culpar y estigmatizar” y atestó el último golpe: «También podemos luchar contra su estupidez».

El embajador Cheng Jingye advirtió y cumplió con boicotear productos australianos si este país secundaba la petición de una investigación independiente del origen el virus, cortó importación vacuna y metió en arancel 80% de la cebada australiana.

Jude Blanchette, del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales en The Financial Times, afirma que esto «es producto de la convicción sobre su creciente poder frente a un Occidente en declive».

Zhu Zhiqun, uno de sus académicos concierne que su pueblo se volvió más confiado y orgulloso y su política exterior más dura e intolerante. También se debe a los llamados de su líder a un espíritu de lucha.

Esta actitud contesta a «las críticas a la situación de los musulmanes en Xinjiang, las injerencias norteamericanas en las protestas en Hong Kong, la guerra comercial y, ahora, las acusaciones por el coronavirus no han hecho sino empeorar la situación», por lo que el académico justifica: «Desde la perspectiva china, la diplomacia actual de los Wolf Warriors -mote con el que han llamado a la delegación diplomática china- es una respuesta directa a los enfoques injustos de otros países hacia China y su pueblo».

La pieza estrella china

Zhao Lijian, desde su mensajes en Pakistán hasta acusar al ejército de EUA de traer el virus a Wuhan, lo muestra como “la artillería pesada” de Pekín y su campo de batalla: Twitter. Ellos han aprendido de Trump, indica Wenfang Tang, profesor en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong: «Gracias a él, han aprendido que es una vía muy efectiva para hacer llegar sus ideas al resto del mundo».

Esto trae una respuesta variada, externamente no gusta. En el país hay quienes se sientan en el orgullo de mostrar al mundo la capacidad de la nación y los diplomáticos de la vieja usanza piensan «que el tono es demasiado guerrero y creen que a la larga puede resultar perjudicial para el interés nacional».

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