En Rusia proponen probar vacunas contra COVID-19 en reos

Alexander Brod, integrante del consejo de Derechos Humanos de Vladimir Putin, ha recomendado que no se apruebe.

Haciendo eco de la sugerencia que hizo el 20 de febrero la asociación AnimaNaturalis el ex candidato presidencial, líder del Partido Liberal Democrático Ruso, Vladimir Zhirinovsky, dijo: «Los prisioneros deberían ser utilizados como conejillos de indias para las vacunas contra el COVID-19 y acelerar la carrera por una cura», sosteniendo que los reclusos accederían a cambio de la reducción de su condena a la mitad. Ahondó: «Digamos que un preso está cumpliendo una sentencia de 10 años. Le diremos: Aquí hay un nuevo medicamento. Será probado en usted en un laboratorio dos o tres meses y su condena se reducirá a la mitad».

El medio informativo Crónica indicó que su propuesta fue rechazada por la fundación de derechos de los prisioneros “Rossiya Sidyashchaya”, pero Alexei Fedyarov secundó esta moción diciendo: «El plan de utilizar a los reos como ganado es una práctica absolutamente normal para Rusia (…), sólo para reducir el tiempo en la cárcel».

El concejal de Derechos Humanos, Alexander Brod, argumentó a Vladimir Putin: «Nuestros convictos no son conejillos de indias en los que se pueden realizar experimentos» y continuó: «Gracias a Dios, dejamos atrás las prácticas del Gulag, cuando los prisioneros eran percibidos como esclavos libres que podían ser arrojados a trabajar en sitios de construcción, pavimentación de carreteras».

Es el primer país en considerar oficialmente desde la oligarquía esta propuesta. La ONU o cualquier organismo pendiente de Derechos Humanos han pronunciado algo al respecto. Las cifras de Rusia han ido incrementándose con 9,434 nuevos casos de coronavirus y 139 muertes en las últimas 24 horas, cerrando el día sábado con 335,882 infectados y 3,388 muertos.

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