Una ola de odio contra el personal de salud en Redes Sociales

“Me dijeron que en el mundo del revés, se aplaude al narcotráfico y se condena a un médico” -Josué Cárdenas

Presenciamos hace unas semanas al crimen organizado, aún más organizado llevando apoyo en especie a las comunidades que tiene controladas, apoyo con dinero proveniente del secuestro, extorsión, daño moral y terror: la gente lo ovacionó.

Desde hace varios días hay una creciente ola de agresión y maltrato al personal de salud por estar en el frente de batalla contra el coronavirus. Por miedo o ignorancia en redes sociales (Facebook), algunas personas han incitado al odio hacia el personal médico.

Frases como la que se lee en un comentario de “N” Carbajal demuestran el propósito de esta ola de desprecio:

«Haz patria y mata a un doctor matasanos»

En otro escrito de “N” Andrade se lee, con total repudio:

«Salen con sus uniformes sabiendo que es un foco de infección pero los pendejos quieren que les aplaudamos. Que les aplaudan su puta madre»

A este le secunda “N” Román:

«Y quieren que uno les aplauda cuando van en el camión o en el soriana con sus uniformes todos infectados recién salidos del 66. No jodan yo cuando los veo los escupo»

Por último, otros esconden su odio hacia ellos detrás del precio de sus sevicios. “N” Fuentes en el grupo “MERCADO LIBRE” escribe:

«Yo sí quiero decir algo sobre los doctores. Por qué todos los alaban y les dicen que son héroes?
Héroes cuando toda la vida nos han tratado con la punta del pie en el seguro?
Héroes cuando vas con un especialista y te cuesta 1,000 pesos la consulta por 10 minutos?(…)
Discúlpenmen (sic) señores pero esos no son héroes!
Si siguen yendo a trabajar es porque les pesa más el hambre, o de verdad que están ahí por gusto? (…)».

Como estos, hay un sin límite de comentarios soeces y deleznables que con sus peroratas no desmienten la categoría tercermundista en la que se nos tiene, mientras en países de Europa a los doctores se les tiene en una estima alta, aquí se les agrede y menosprecia. En palabras del filósofo Séneca «Es una práctica de la multitud ladrarle a los grandes hombres, como lo hacen los perros con los extraños», asumiendo que en algún momento estas personas requieren sus servicios seguramente tendrán que hacer de lado sus palabras.

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