El incremento del consumo de carne de cerdo daña al ecoturismo y productores apícolas de Yucatán

De acuerdo con Greenpeace México, la industria porcícola está causando desastres entre los apícolas y sobre la mayor zona de recarga del acuífero en el país.

“Mi dieta salva el planeta” es la campaña creada por el grupo de activistas en pro del medio ambiente Greenpeace, la cual ha detectado que el incremento en la demanda de carne de cerdo de todo el país ha originado un aumento de la deforestación de las selvas, cuatro de las Áreas Naturales Protegidas y una en un sitio RAMSAR de la península de Yucatán

El estudio realizado por la organización, que es parte de la campaña, arrojó que se llevó una deforestación de aproximadamente 10 mil 992 hectáreas para poder albergar las más de 257 granjas porcinas públicas y registradas en el estado. De estas, sólo el 22% presentó su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), que es el estudio técnico y científico de carácter preventivo y planeación sobre los efectos y el impacto que puede ocasionar una obra o actividad, en este caso la porcicultura.

De las granjas existentes, el 45% se encuentra sobre la selva seca y en áreas naturales protegidas, sobre la mayor zona de recarga del acuífero en el país, la Reserva Estatal Geohidrológica Anillo de Cenotes, exactamente granjas megaporcinas. Los habitantes temen que las descargas residuales de las granjas se descarguen sobre los mantos acuíferos de los cuales dependen para consumo del vital líquido y en algunos casos como atractivos turísticos.

Aunado a esto, el hedor y la proliferación de moscas verdes afectan a la salud de los pobladores y a las zonas apícolas de los municipios de Kinchil, Maxcanú, Opichén, Chocolá y Homún. En todo Yucatán existen 410 granjas porcinas, en 2019 produjeron 2 millones 200 mil cerdos. Para este año se espera que el número aumente y más por el consumo derivado de los millones de personas confinadas en casa debido a la cuarentena sanitaria, declaró el representante de la Secretaría de Agricultura en la entidad, Juan Carlos Gamboa Bustamente.

En promedio, cada cerdo en engorda produce diariamente de 4 a 5 kilos de excretas, esos dos millones de cerdos produjeron 11 mil toneladas de heces y orina en el año pasado. La empresa Grupo Porcícola Mexicano S.A. de C.V. Kekén, la mayor productora de carne de cerdo en Yucatán y principal exportadora del país, se ha deslindado de algunas de sus granjas donde se han visto afectados los agricultores con árboles frutales, pero sí acepta que sus granjas descargan las aguas residuales en las selvas previo a un tratamiento de eliminación de excretas porcinas.

En cuanto a la apicultura, el aumento de granjas ya ha provocado la baja del precio de la miel, ya que se duda de la sanidad de los productos. Greenpeace analizó muestras de calidad del agua para consumo humano en el municipio de Maxcanú, donde se localiza una granja del Grupo Kekén con capacidad de producir 24 mil cerdos, rebasó los máximos permisibles de la NOM 001 para la protección de la vida acuática, con altas concentraciones de amonio, nitritos y nitratos, por lo que es el sitio más contaminado del muestreo llevado a cabo a principio del presente año en cinco granjas.

La abogada de Equipo Indignación, Lourdes Medina Carrillo, recordó que desde 2017 inició una lucha jurídica del pueblo maya de Homún contra una de estas granjas porcícolas, un amparo está pendiente de resolverse en la Suprema Corte. Alberto Rodríguez Pisté, portavoz de del consejo Maya del poniente de Yucatán Chikin-já, denunció la afectación que la industria porcícola ocasiona a las comunidades nativas. Anteriormente, el estado era el mayor productor mielero del país, también afecta contra la preservación de especies en peligro de extinción o amenazadas según la NOM-059-SEMARNAT-2010, como el jaguar en la selva o los peces ciegos en cenotes.

Por lo anterior, Greenpeace hizo un llamado a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y a la Comisión Nacional del Agua, para que por sí mismos analicen el agua de las poblaciones donde se encuentran estas granjas. También, condenan el hecho de que el gobierno del estado, a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), estén planteando un impulso para esta industria como parte de sus planes de recuperación económica tras los efectos de la pandemia del COVID-19. Por último, recomienda a la población de todo México a disminuir su consumo de carne, ya que como es sabido, la ganadería es la industria que más contaminantes genera en el medio ambiente

“Hacemos un llamado a la población a que la invitamos a que disminuya su consumo de carne. Actualmente en México, un ciudadano promedio al año consume 64.87 kilogramos de carne, lo cual no es sostenible ni para personas en cuestión de salud ni para el medio ambiente. Los invitamos a que consuman 16 kilogramos al año, eso significa comer 300 gramos de carne a la semana”, exhortó Viridiana Lázaro, campañista de Alimentación y Agricultura de Greenpeace.

Back to top button