¿Qué hay detrás de la casa de campaña rentada a Bartlett?

Existen inconsistencias en el Gobierno del Presidente López Obrador. Su sede oficial en la transición presidencial era rentada a una compañía vinculada a Bartlett.

Una casa porfiriana de la colonia Roma en la Ciudad de México ubicada en Chihuahua 216 fue conocida por ser su casa de campaña y donde recibió la noticia de su elección. Allí llegaron los miembros de su gabinete, también recibió al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.

La llamada de atención a la cara anticorrupción del Presidente recae en la propietaria de esta casa, Top Real Estate Company S.A. de C.V., cuyo accionista mayoritario es José de Jesús Hernández Torres, un político colaborador de Manuel Bartlett Díaz desde hace 49 años, involucrado en un escándalo por 23 inmuebles no declarados en su patrimonio.

Otro involucrado de los Bartlett es León Manuel Bartlett Álvarez, en LeMexico le informamos de los contratos millonarios que, sin licitación, fueron adjudicados por parte del Gobierno Federal. Con él, Hernández Torres, fundó la empresa hotelera Xibalba Resorts en Cancún en 2010. Manejando sus responsabilidades políticas para beneficio de su paralelo empresarial.

La imputación pública que sale a la luz del Presidente Andrés Manuel López Obrador es la renta del condominio antes mencionado, propiedad asociada de Bartlett, desde septiembre de 2017 por la cantidad de $130,000.00 mensuales, realizando un depósito inicial por $452,400.00, reportado en los informes de gastos entregados a la Comisión de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral por parte de Morena. El contrato fue renovado en 2019, aumentado 8 mil pesos de renta, la cual fue ocupada como centro de operaciones a cargo de Yeidckol Polevnsky: la ocupaba como oficina.

El 13 de enero de 2020 hubo un aviso preventivo emitido por el Registro Público de la Propiedad a Morena por iniciar el proceso de escrituración para la compra del inmueble, la cual convertirían en una galería que conmemorara la Cuarta Transformación. Esta iniciativa de comprar la propiedad deviene del valor simbólico que para el partido representa: “Eran las oficinas de López Obrador”.

Este caso, en conjunto de los que rodean a la familia Bartlett en lo que va de este sexenio, este hecho desequilibra para tirar por los suelos el discurso anticorrupción que precisamente se acordó en esa casa, donde López Obrador y su gabinete tomaron las decisiones que marcarían la transparencia y funcionalidad de su Gobierno.

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