Depresión y suicidio en tendencia, aumento y neurosis, informa la ONU.

La pandemia, el confinamiento y la pérdida de seres amados por el COVID-19 alteraría el ánimo de cualquiera, pero afecta de forma muy especial a quienes sufren enfermedades mentales. En personas ya diagnosticadas de ansiedad (que es una mala gestión del miedo) y de depresión (que es una mala gestión de la tristeza), situaciones como la que vivimos agravan por lo general los síntomas.

Lamentablemente, el fallecimiento de seres queridos por el coronavirus desencadenará duelos aún más complicados, manifestó la Organización de las Naciones Unidas. Además, las consecuencias secundarias del distanciamiento social podrían aumentar el riesgo de atentar contra la vida.

Es importante considerar los cambios en una variedad de factores de riesgos económicos, psicosociales y relacionados con la salud. Además, la familia y los amigos permanecen aislados de las personas hospitalizadas, incluso cuando sus muertes son inminentes. En la medida en que estas estrategias aumentan, el aislamiento social y la soledad pueden aumentar el riesgo de suicidio.

Es posible que la cobertura de noticias 24/7 de estos eventos sin precedentes sirva como un factor estresante adicional, especialmente para personas con problemas de salud mental preexistentes. A pesar de los desafíos, existen oportunidades para mejorar los esfuerzos de prevención del suicidio en este momento único.

“La persona que intenta suicidarse sabe, en el fondo, que lo que está intentando hacer es aliviar su sufrimiento, ese malestar que está viviendo: al no poder continuar adelante con esa situación adversa, hace una interpretación errónea de la situación y la única salida que ve es quitarse la vida”, expresó Montserrat Lacalle, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya.

La salud mental de las personas es frágil. Son sensibles a lo que ocurra en el entorno y les afecta directamente. Llamamos, por tanto, a una consideración de las medidas no sólo en términos de abordaje de la pandemia del coronavirus, sino también a la luz de las consecuencias en términos de salud mental y riesgo suicida que pueden tener para la población.

Se pueden hacer esfuerzos para mantenerse conectados y mantener relaciones significativas por teléfono o video, especialmente entre individuos con factores de riesgo sustanciales de suicidio.

Aumentar las sensaciones de bienestar como: Haciendo actividad física a diario; manteniéndote ocupado (puedes trabajar, estudiar, leer, ver series o películas, jugar); compartiendo lo que te pasa y apoyándote en tus amigos y familia. No olvidando que esta situación es temporal y va a tener un final. Recordando que con el gran esfuerzo que estás haciendo estás salvando vidas.

Si el malestar se te hace difícil, busca la ayuda de un profesional de la Psicología. Los psicólogos y las psicólogas pueden ayudarte a manejar el estrés extremo y a encontrar formas alternativas de afrontar esta situación.

Back to top button