La emergencia: lo que se ha hecho y lo que se puede hacer

Lo inesperado y grave de la situación, además del encrespado tono de la discusión política, hace complicado valorar lo que se está haciendo para enfrentar la crisis sanitaria y económica y, por tanto, lo que falta por hacer. Primero, a partir de que la estrategia del manejo de la epidemia ha sido satisfactoria hasta el momento. Esto es, se ha retrasado el número de contagios para evitar, en lo posible, que la mayoría de los casos se presenten en el mismo momento y que se colapse la posibilidad de atención del sistema de salud. Se tiene una estrategia para atender y orientar a los posibles infectados en sus casas y se ha logrado que el aislamiento social sea practicado por millones de mexicanos. Esto, fundamentalmente, debido a que el sistema de información utilizado permitió tomar la decisión de realizar medidas drásticas a tiempo, no antes, lo que hubiera hecho muy difícil mantener los niveles de aislamiento social actuales a estas fechas. Se ha ganado tiempo para reforzar la infraestructura hospitalaria y concretar proyectos, como el proyecto de atención hospitalaria del Centro Banamex, ejemplo de colaboración entre el sector privado y el Gobierno de la Ciudad de México. Eso ha permitido atenuar parte de las deficiencias de un sistema de salud con décadas de carencia en inversión. Lo que sigue es mantener las estrictas medidas preventivas por algunas semanas y reforzar la capacidad de atención hospitalaria.

En lo económico también suceden cosas. El Gobierno Federal y los Estatales han lanzado programas alimentarios, de subsidio y de apoyo a las personas de menores recursos a las microempresas. Se ha ampliado el plazo para el pago de impuestos de personas físicas y las empresas cuyos trabajadores cotizan en el IMSS podrán obtener créditos. Para las medianas se han anunciado programas de crédito respaldados por la banca de desarrollo. El gobierno ha ganado margen financiero por medio de colocaciones por 6,000 mdd a largo plazo, que, por cierto, fueron colocados a plazos y condiciones que muestran la buena calidad crediticia del país. El Banxico aprovecha la experiencia de otros bancos centrales en época de crisis y fortalece la capacidad de las instituciones financieras del país para ofrecer crédito en el actual contexto, además de la reducción en la tasa de interés.

Hace poco, por cierto, Agustin Carstens, desde la responsabilidad internacional que ahora tiene, recomendó medidas para facilitar a los bancos el otorgamiento de créditos, ya que, después de la crisis de 2008, ahora se encuentran sanos, por lo que se debe aprovechar esa situación para la recuperación. Algo similar sucede con las entidades federativas. Después de años de endeudamiento desordenado, gracias a la nueva legislación y la supervisión del Gobierno Federal, su situación financiera ha mejorado. En ese sentido es pertinente la iniciativa presentada por el Diputado Mario Delgado, el líder de la fracción Parlamentaria de Morena, para flexibilizar la capacidad de los Estados para obtener financiamiento, especialmente en el contexto de emergencia y para destinarlo a la inversión. Seguramente pronto se plantearán alternativas para que los fondos de estabilización alcancen para evitar una caída de los ingresos por participaciones federales.

¿Qué falta? Mayores proyectos de inversión para acelerar la recuperación económica. Algunos ya se han adelantado, como el proyecto de ampliación del Tren Suburbano para conectar el centro de la ciudad con el Nuevo Aeropuerto, lo que se puede financiar con combinaciones de recursos públicos y privados o con la bursatilización de ingresos por la operación del mismo. Es importante también para priorizar las actividades con mayor impacto económico, para que con ellas se inicie la reanudación de las actividades productivas. Por ejemplo, es necesario que pronto se tenga en actividad las industrias ligadas a las cadenas de valor de América del Norte, ya que muchas de ellas se mantienen en operación. Sería importante también, como la hace el Gobierno de la Ciudad de México, tener listos todos los trámites necesarios para que se concreten inversiones en sectores de alta generación de empleo como el inmobiliario.

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