Señor Donald Trump, usted es presidente no médico
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desde hace varios días en ruedas de prensa, no se sabe si con sorna o desesperación por erradicar la pandemia de coronavirus en su país, ha sugerido alternativas muy cuestionables desde el punto de vista médico.
El día de ayer, en rueda de prensa, espéculo sobre el posible tratamiento contra coronavirus con una inyección o solución ingerible de desinfectante. Pocas horas después, el Doctor Stephen Hahn, comisionado de la FDA y también parte del equipo que asesora al Presidente, dijo: “yo no recomendaría la ingestión de un desinfectante y menos una solución inyectable”.
El presidente Donald Trump aseveró: “Veo un desinfectante que lo mata en un minuto, un minuto. Y habrá alguna manera de hacer algo, así con una inyección dentro o tal vez un desinfectante”, con aires de experto ahondó: “Verás, entra a los pulmones y hace muchas cosas en los pulmones, así que sería interesante averiguar eso”, y añadió enfático “quizá es algo que los médicos puedan mirar”.
Un alto funcionario desestimó la idea indicando que ninguna de las opciones del Presidente se considera probable argumentando lógicamente que “El alcohol, la lejía y otras soluciones desinfectantes que se usan contra los virus son tóxicas de ser ingeridas”.
William Bryan, Subsecretario Interino de la Oficina de Ciencia y Tecnología del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), presentó en la misma rueda de prensa un estudio preliminar de la Agencia Federal afirmando que la luz del sol y la combinación de altas temperatura y humedad tienen un “efecto poderoso” para crear ambientes menos favorables para la supervivencia del virus.
El presidente también ha insistido con “tratamiento” de rayos ultravioleta de una luz muy poderosa al interior del cuerpo a través de la piel u otra forma. Un reportero indicó a la NBC que los laboratorios federales no contemplan esta opción.
El coronavirus no es la primera enfermedad que quiere atender desde una posición que no le compete, hasta hace poco promovía con insistencia contra la malaria hidroxycloroquina, calificándolo de “punto de inflexión” contra la pandemia que ha dejado casi 200.000 muertos en todo el mundo, incluyendo casi 50.000 en Estados Unidos.
