Crisis de cuerpos equivocados

Afuera del Hospital General, una familia protestaba y manifestaba inconformidad y enojo debido a que el cuerpo de Ángel Dorado Salinas, esposo, padre y amigo de aquellos, no aparecía. Su acta de defunción constaba que murió de neumonía atípica, posible coronavirus. Él fue hospitalizado por una falla renal.

La viuda indicó que la empresa funeraria contratada les dijo que los encargados de los servicios mortuorios del hospital no tenían el cadáver y les insistían “pues ya güey llévate este” (sic), ellos le enviaron una foto del cadáver que les querían entregar a la familia constatando que no era el de su difunto.

Uno de los allegados a la familia se comunicó con el Jefe de Medicina Legal del hospital, Gerardo Reséndiz, el cual le dijo que esto era algo que se les salió de las manos y que lo estaban arreglando. La familia, al no tener respuesta, indicó que se dirigirían a Palacio Nacional directamente con el Presidente.

Otro caso similar ocurrió en el Hospital General “La perla” en Nezahualcóyotl, Estado de México, donde a dos familias se les entregó el cuerpo equivocado. Al principio, el hospital quiso deslindarse de la responsabilidad acusando al servicio funerario de confundir los cuerpos, pero más tarde por la presión ejercida de las familias, el Director Martín Rosales Bahena se disculpó y corrigieron la situación entregando los cuerpos correctos.

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