La educación a distancia en Venezuela parece un buen plan con una mala ejecución

La situación educativa en Venezuela ya era mala antes de la pandemia. Según las principales universidades públicas y privadas del país, el 30% de población en edad escolar desertó antes de esta crisis.

Aristóbulo Istúriz, Ministro de educación en casa, informó que se tiene preparado un plan contra este periodo en el que se suspenderán las clases presenciales en Venezuela. Se trata de educación en casa con el programa “Cada familia, un hogar”. Este se trata de enviar los contenidos a través del teléfono móvil o laptop a los padres y que ellos lo apliquen en casa.

La diatriba amarga con la que se encuentra el país para implementar este programa es que según Speedtest global index, Venezuela tiene el segundo peor internet del mundo en una lista de 176 país analizados, sólo por debajo de él está Afganistán con la peor conectividad de internet en celulares y equipos de cómputo.

Aunque el Gobierno de Nicolás Maduro asegura que la tecnología ha de ser una gran herramienta para recibir clase a distancia, la realidad es que la gran mayoría de sus familias no cuenta con equipos de cómputo, celulares inteligentes y, sobre todo, internet.

A pesar del esfuerzo que hacen los padres por enseñarse para enseñar a sus hijos, hace falta el medio electrónico para coadyuvar en la enseñanza. La docencia en Venezuela está en vilo por los aprendizajes esperados de los educandos, pues parece que este plan se improvisó sin considerar si había la instrumentación necesaria, conocimientos y preparación en casa para llevar a cabo esta medida educativa.

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